ERASMUS| Ponemos en pausa el reloj. Misma hora, 365 días antes, misma situación. Frente a la puerta de embarque de un aeropuerto, pero esta vez camino a Madrid. Pero la sensación no es la misma que hace un año cuando tenía medio pie en España y el otro medio en lo que iba a ser mi casa durante 9 meses, Polonia.
A estas horas estaba un poco nerviosa, no sabía lo que me iba a encontrar, pero lo que sí sabía es que lo cogía en el momento perfecto, con más ganas que nunca. Nervios, ilusión, incertidumbre por qué me deparaba en ese país tan poco conocido.
Y parece mentira que ahora esté aquí, esperando un avión que no es ese.

Zawsze
Comentarios
Publicar un comentario