Ir al contenido principal

Segunda oleada de emociones

Hemos llegado al punto en el que lo caótico se ha transformado en lo cotidiano. Hace ocho meses un confinamiento era algo que pertenecía a otro mundo y a una era de la que nosotros no habíamos formado parte. A día de hoy, volver a cerrar las puertas de casa no supone un disparate. Al revés. Tan solo un pequeño trastorno psicológico y económico, pero justo en el momento que pensábamos que todo ya había pasado de largo. 

Nunca se fue, siempre estuvo ahí, pero le dimos la espalda. El casi desconocido término de cuarentena ha pasado a ser el día a día. Las distancias vuelven a incrementarse. Las oportunidades, las ilusiones se desvanecen de un día para otro. La segunda ola está aquí, más contundente que nunca. Y es en ese momento cuando lo acariciamos en primera persona, cuando ya no es un simple boca a boca o unas cifras en el telediario. Ahora sí que s
í ya es algo palpable y real. 

Los encuentros navideños cada vez un paso más lejos. Por primera vez diciembre no nos devolverá lo que septiembre siempre nos arrebata. Los abrazos. 

No está en tus manos, ni en las de nadie. Las cabezas siguen dando tumbos sin saber muy bien hacia dónde. El abanico de facilidades formativas y laborales cada vez es menor y por consiguiente el desencanto y la falta de motivación. Nos sentimos improductivos e inútiles y buscamos ocupar la cabeza con proyectos alternativos que no sabemos muy bien dónde desembocarán. Pero eso sí, tengo la certeza que de este túnel saldremos más fuertes y resolutivos, y sobre todo más maduros que de ningún otro.
Noviembre, rozando fin de año y épocas festivas, pero sin avión de vuelta. No hay fecha, todo esta suspenso en el aire. A día de hoy dependemos de toda la sobreinformación a la que estamos sometidos y de las novedades diarias que nos envían. Estas que pueden cambiar por completo las circunstancias de la noche a la mañana. Un día puedes cogerte un avión a otro país, pero al siguiente no puedes salir de casa a partir de las once de la noche. Esto es así; incierto, confuso y en ciertos momentos desesperante. 
¿Dónde está aquel ritmo de vida del siglo XXI en el que no existían distancias? En el que un avión no suponía nada. Rascar un poco el bolsillo y ponerle fecha en tu calendario. De repente nos volvemos diminutos y vulnerables. No sabemos cuándo volverá a ocurrir ese día, cuando volveremos a ser capaces de tomar nuestra propia decisión de coger ese billete de vuelta a casa porque sí, porque queremos ese abrazo que tanto anhelamos. Quién sabe cuándo volveremos a llevar las riendas de nuestra vida. Todo ha retrocedido en el tiempo a la época de nuestros abuelos sin darnos cuenta, en un abrir y cerrar de ojos.
Cuando eso ocurra, cuando vuelvan los reencuentros, los abrazos y las miradas cómplices, aunque sea por poco tiempo, le daremos el valor que en realidad siempre tuvo. Daremos importancia a lo que dé verdad la tiene. 

Cuando estas solo, lejos de tus orígenes, aprendes a echar de menos, a despedirte. Esa sensación pasa a ser un proceso natural que te ayuda a crecer, a ser mejor persona. Pero al mismo tiempo es un arma de doble filo. En ciertos momentos tienes ese sentimiento de culpa, de egoísmo por dejar todo de golpe y quizás no emplear a aquellas personas todo el tiempo que merecen ser dedicados. ¿Hiciste lo correcto? ¿Te arrepentirás? El tiempo pasa demasiado rápido, y es la única cosa que nadie nos puede devolver. 

Comentarios

Entradas populares de este blog

Uno siempre vuelve al lugar dónde fue feliz

ŁÓDŹ|  No te das cuenta, y cuando eres consciente de ello estas en el vuelo en dirección inversa. Comienzas a entender muchas cosas, esos textos que lees antes de irte con ese sentimiento que se refleja tras la tinta del papel o la tecla del ordenador. Empiezas a asimilar que lo real vuelve, que 9 meses después, la vida continua, que todo sigue igual. La dependienta del supermercado sigue siendo la misma y la distribución de tu cuarto no ha variado. Lo único que ha cambiado eres tú mismo. La persona que va en el avión de ida no es la misma que la que coge el avión de vuelta. Y lloramos mirando a las nubes tras la ventanilla, lloramos por lo que dejamos atrás, por todos y cada uno de los días que hemos pasado que han sido una superación personal. Tenemos sentimientos confundidos, inmersos en todas y cada una de las experiencias que hemos vivido. Hay veces que cuesta expresar todo, que faltan palabras para describir cómo lo hemos pasado y qué hemos sentido. No es fácil, per...

la mejor etapa de mi vida

Oficialmente periodista 🎓 No sé ni como empezar ni como asimilar que todo esto se ha acabado. Las circunstancias me dejaron hace cuatro años en esta ciudad, de la que había oído hablar poco y de la que tenía muy pocas expectativas. A día de hoy puedo decir que fue de las mejores decisiones que he podido tomar en mi vida. He reído, he llorado, he disfrutado y he sufrido también, pero sobre todo he crecido como persona. Gracias a todos y cada uno de los que habéis formado parte de mi vida durante esta etapa, tanto fuera como dentro de la carrera. Me habéis hecho muy feliz y ojalá poder meter en todas estas fotos a todos y cada uno de vosotros. He cumplido uno de mis sueños, ser periodista, y he encontrado una familia en este rincón de Castilla. Se acabó la mejor etapa de nuestra vida. A seguir creciendo. Gracias ❤️ Valladolid siempre serás mi segunda casa. CRECER ES APRENDER A DESPEDIRSE

Querido 2020...

  Loco 2020. Año de aprender a galopar con lo imprescindible. De quitarle piedras a nuestra mochila y quedarnos solo con lo fundamental. Final de una década y comienzo de nuevos propósitos. 2020 prometía portarse bien, pero resulto ser un meme andante. En ninguna cabeza pasaba la idea de todo lo que se nos venía encima. Nunca. Cuántas veces habremos escuchado eso de: ¡Quién nos lo iba a decir el año pasado! Sin embargo este final de década también nos trajo un nuevo estilo de vida. A veces necesitamos reinventarnos, progresar para ser algo mejores. Y aquí llegó el momento. 2020, por suerte me has quitado poco, no tengo queja, todos a mi alrededor sigue estable, algunos cambios, pero nada a lo que haya que darle mayor importancia de la que tiene. Eso sí, me has quitado algo de tiempo. Tiempo que a la vez me lo has devuelto en forma de familia y amigos. Tiempo que he podido emplear a mí misma como nunca antes. 2020 me has cerrado puertas pero a la vez me has abierto otr...