“No solo tenemos que convertirnos en los peces más fuertes que nadan contracorriente; sino que tenemos que cambiar la corriente”. Con esta frase de James Gustave Speth nos describe su proyecto una de las protagonistas de este artículo, Celia Sañudo.
Cuando algo se hace desde el corazón, transmite e inspira , y es así como jóvenes diseñadores emergentes como Ana Martín, o la citada anteriormente Celia Sañudo, han hecho de su trabajo de fin de grado su proyecto de futuro. Las nuevas generaciones vienen pisando fuerte, cargan a sus espaldas con elementos ligados a la transformación. El cambio climático es uno de los factores que más ha alterado el mundo de la moda, haciendo del carácter sostenible un esencial entre los jóvenes diseñadores convertido en macrotendencia.
Las circunstancias vividas durante el último año han cambiado nuestra forma de pensar y el ritmo de vida todoterreno. En la moda se transmite a través del slow fashion y la atemporalidad. Tres meses en los que el mundo paró a coger aire viéndose afectadas las colecciones venideras, comenzó a darse importancia a lo básico, lo esencial, lo necesario.
Es ahí, en esa necesidad de cambio dónde surgen nuevos proyectos basados en el “menos es más”, en la creación de un negocio ético y responsable y en la necesidad de reinventarse. Si de algo ha servido una pandemia mundial ha sido para analizar el grado de globalización al que estábamos sometidos y la necesidad de cada país de crear por sí mismo. Estamos ante el principio del fin. El “made in Spain” cobra más importancia que nunca. En este punto ambas diseñadoras santanderinas marcan su sello de identidad.
Ana Martín, desarrolló su proyecto final de carrera con un objetivo claro: crear una marca de ropa “no solo para iluminar cuerpos, sino iluminar mentes para poder formar parte de un colectivo que apoya la moda sostenible y ética”. ANMAR se define como 100% orgánica, española y leal al cliente. Su colección “Brava”, como así la presenta, refleja su pasión por la danza combinando prendas con complementos. Esta mini colección de joyas opta por el progreso y las nuevas tecnologías, desarrollando los accesorios en impresión 3D.
El protagonista indiscutible de “Brava” es su colección de prendas. Nace del flamenco, inspirado en las seguiriyas, la soleá, la farruca y bulerías. Ana transmite a través de sus diseños un sentimiento reivindicativo y concienciador, ensalzando la figura de la mujer y su empoderamiento.
Sus raíces, el mar y la naturaleza fueron la fuente de inspiración para Celia Sañudo a la hora de crear su marca CECÉ. Para esta diseñadora, su Santander natal ha sido clave durante el proceso de creación.
Al igual que Ana, Sañudo desarrolló sus estudios entre Burgos y Valencia, pero nunca olvidando su lugar de procedencia. Basada en una paleta de colores neutros y combinando los tonos azules del mar con los verdes del campo, su colección “La marinera” hace alusión a la sostenibilidad, a la necesidad de un cambio a la hora de crear, a la búsqueda de conciencia y a la atemporalidad.
Se define como una empresa Triple Balance (económicamente responsable, ecológicamente respetuosa y socialmente comprometida). Además esta diseñadora tiene claro que la mujer cecé “no solo se viste para adornar, sino para vivir”.
Las nuevas generaciones cuentan con un gran potencial y unos valores éticos imprescindibles a día de hoy. El futuro es suyo; y a pesar de las adversidades, todos ellos sacan el coraje y luchan por conseguir hacerse un hueco y encontrar su oportunidad en el complejo mundo de la moda. Todos ellos buscan transmitir un mensaje. Porque la moda es eso, es sentimiento e identidad.
@cecé__/ @anmar_studio
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