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La maleta, los guantes, el gorro y... a CRACOVIA


CRACOVIA| Este viaje comienza a coger forma, y ponemos nombre y fecha a la primera parada. Cracovia, la que un día fue capital; la segunda ciudad más importante de Polonia, y para muchos la más bonita. Buen destino para estrenarnos en eso de las escapadas de fin de semana. Si algo caracteriza a un estudiante Erasmus, además de la fiesta claro, es la facilidad de recorrerte medio Europa durante el convenio.

Fuimos testigos de lo que duelen las piernas después de 4 horas en un Polskibus, pero no nos vamos a quejar que el precio es demasiado asequible para nuestra economía. Ponemos pie en Cracovia, con ganas, ilusión de nuestro primer viaje y con bastante sueño después de levantarnos a las 4 de la mañana. Y cómo nos iba a recibir mejor Cracovia que lloviendo, jarreando como diríamos en mi tierra. El sueño, el frío y la lluvia no ayudaban a subir el ánimo, pero estamos en Polonia, no vamos a esperarnos 30 grados. Dejamos las maletas en el hostel y a patearnos la ciudad de arriba abajo. Callejuelas con encanto, con mucha historia detrás, hasta llegar a la plaza principal de Cracovia y la que es hoy en día la más importante de todo Polonia, la Plaza del Mercado. Y qué mejor manera de adentrarse en las profundidades de una ciudad que cogiendo un Free Tour. Salimos empapados de historia, de leyendas y anécdotas sobre Cracovia, su importancia en la época de la 2ª Guerra Mundial. El barrio judío fue un adelanto a la impactante visita al campo de concentración del día siguiente.

Llegó ese día que todos desde nuestras casas hemos pensado alguna vez. Llegó la visita, que si pisas tierras polacas, estas “obligado” a hacer. Un conjunto de sentimientos se afloran en el momento que el autobús para y te deja en Auschwitz-Birkenau, el mayor campo de concentración nazi. La pesadilla judía durante la 2ª Guerra Mundial. El lugar donde perdieron la vida más de un millón de personas. Sientes impotencia, dolor, tristeza al pasar esa famosa entrada con el título Arbeit macht frei traducida como “el trabajo libera”. Un tour por Auschwitz y por el segundo campo de exterminio, Birkenau. De este último me impactó su extensión. Y te paras a pensar, a imaginar la de personas que han pasado por aquí que injustamente han perdido la vida. Y te preguntas ¿Qué clase de personas somos? ¿Cómo el ser humano es capaz de hacer esa barbaridad? Inexplicable con palabras lo que sientes al pasear por ese lugar. Todo el mundo te habla sobre lo que se siente al visitarlo pero hasta que no estas ahí no lo sientes de verdad. La de historias que se te pasan por la cabeza de familias, niños indefensos, la impotencia, la injusticia de todo lo que ocurrió durante esos años.






Retomemos Cracovia, sus calles, su plaza principal, el trompetista que aparece cada hora por una de las torres de la Basílica de Santa María, su vida nocturna, que está bien pero me quedo con la de Lodz, aunque quizás escogimos mal día para experimentarla, los sábados solo salen polacos, y es un ambiente un tanto diferente. Pero entre todas estas cosas, y con 4 horas de viaje de vuelta encima, finalizo mi primera escapada del Erasmus. 

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