CROACIA| ¿Y qué es lo que pasa cuando se
juntan 14 amigos, entre 20 y 24 años,
tres días en un festival en Croacia? Pues lo que ha ocurrido, lo que estaba
previsto. Ni más ni menos que uno de los mejores viajes de mi vida, y sin duda
el mejor de este año, y no han sido precisamente pocos. Pero este era
diferente, especial, además de porque era el último juntos y el último para muchos de nosotros, también porque no íbamos a estar tres días
madrugando para pasar el viaje visitando una o varias ciudades.
Llevábamos meses esperando esta escapada, ansiosos, con incertidumbre y muy muy ilusionados. En un principio
íbamos a ser unos seis o siete, y al final el poder de convicción de algunos
hizo que llegásemos a ser 14. No fue difícil todo hay que decirlo, solo venderlo
un poco bien.
Cuando miras el Instagram te
puede parecer que todo fue perfecto, sin ningún tipo de preocupación. Pues ERROR y de los gordos. Para empezar las 20 horas de bus
desde Lodz hasta la isla croata de Novalja nos asustaba un poco. La ida no fue
ni tan mal, íbamos ilusionados y con las pilas cargadas. Lo duro fue la
vuelta.
Pero el dilema no solo fueron
las horas de bus. Tuvimos un pequeño problema con el alojamiento que nos hizo
perder la mitad del día discutiendo con el servicio del festival. Nos alojaron
en un hostel en vez de en tres apartamentos como habíamos pagado. Un error de
la organización que al final no nos salió nada mal. Conseguimos que a cambio de
hospedarnos ahí y perder la comida que llevábamos para cocinar nos diesen dos
bonos diarios a cada uno en un restaurante de la zona. Nos salió bastante bien
la jugada, sin tener que cocinar y comida bastante rica, sin dejar de ser rápida.
Y bueno vamos a lo que de verdad
importa, el festival. A lo que íbamos, imaginaos lo que pasa juntándonos a 14
amigos, además en un hostel todos juntos en dos habitaciones y de festival tres
días. Entre 25-30 grados todos los días, playa, fiesta, mucha música con dj´s
como Alan Walker y muy buen ambiente teniendo en cuenta que es un evento para
Erasmus de toda Europa. A todo esto hay que añadirle los reencuentros de amigos
y conocidos que estaban viviendo la misma experiencia en otros puntos del
continente. Sin duda mereció la pena tantas horas de autobús.
Tres días muy intensos, demasiado
intensos diría yo. Un poco más morenos volvimos a nuestra casa, a Polonia, para
aprovechar la última etapa de esta experiencia. Y después de este viaje me
quedó aún más claro que lo que importa no es el lugar, sino la compañía.


Comentarios
Publicar un comentario